Difunto silencio.

16 agosto 2007

Avivó la alborada
Y junto yo con ella.
Paseamos los jardines colgantes; por Babilonia
Afianzamos la flora. Vivimos una madrugada
Única. Mientras el laúd, sonaba a lo lejos.
Pues, a destino emprendí. No era
Tarde aún; no era muy temprano.
El cielo ya empapaba de
Fulgor los astros. Entonces, velaba
El río su color.
Se abría del palacio
El pórtico. Y volaba alto; los músicos
También. Las rosas siempre
Acompañaron. Y pronto llegamos
A su piel.
Era pintura de Dalí; la Candide de Bernstein. Era
Su gesto delicado; un poema de pasión.

Fue tal; y rememoré.
Recordé cómo partí
Del morar en aquel y
Me dirigí al camino.
Luego recuerdo. Concreté:
Y cerraron
Las puertas; y todo estaba tan frío.
Todo estaba tan frío.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Manu:
Lo hice. Sacié mis ganas. Saqué desde lo más recóndito el profundo deseo. Y lloré. Llorar. ¿Por qué, por qué llorar? Tal vez fue el llanto de un padre que llora cuando su hijo se casa, aunque vos sos un padre para mi y para todos. Un padre en quien confiar, en quien estar. Un padre de quien estar orgullosos. Un saludo, saludo con lágrimas, con llanto. Y confirmo algo que vos mismo dijiste. Has sido muy grande. Serás aún más.

Anónimo dijo...

Nunca vas a dejar de sorprenderme, ni de aturdirme con tus palabras, con tu forma de ser y de pensar, toda esa atención que prestas a los demás... y con la infinita imaginación que percibo en ti e ilimitada capacidad de amar que puedes tener.
Eres de lo que ya no queda apenas, pero tú ÚNICO evidentemente...

Anónimo dijo...

Sólo te voy a pedir una cosa, siendo consciente de que no tengo ningún tipo de autoridad hacia ti, pero te ruego con gritos y desesperadamente que si alguna vez tienes que prescindir o despojarte de algún ámbito en tu vida, no dejes la poesía, si, en todo su conjunto, JAMÁS dejes la poesía porque eres poeta hasta las más profundas entrañas de tu ser, y porque la humanidad necesita de tu forma de ver el mundo por lo que ya no soy la única que te lo ruega, te lo suplicamos todos...

Anónimo dijo...

Este poema es increíble, a pesar de que el final no es muy alegre, me ha maravillado de verás, y estoy segura de que tú mismo después de un tiempo puedas hacer que el final sea cálido.

Me despido Manu, sigo leyendo tus poemas.
(PD: Siento haberlo publicado a trozos, pero es que no me dejaban publicar toda esta parrafada junta, borra la que se ha repetido para que quede mejor.)