Esperanza Consolida Proyección.

07 septiembre 2007

Pero es toda primavera; invierno a
la deriva. Se invitan entre sí,
furtivas, plegarias que te esperan seguir.
No más que serte; tenerte, nunca:
sólo verte en las parcelas, a mi esquina
Sentirte caminar; te espero seguir.
Y beberte en las mañanas; tardes,
noches libertas en penumbras; que
troves palabras en copla; mi verso.
Asirte la mano temprano; cantarte. Me
traigas aquellos escritos, velando
cada puño de aquella letra; mi letra.
Vivir tu voz en Aranjuez; su edén
que quiebre el silencio aturdido, en
mi garganta. Eras tú mi mademoiselle.
Y que contabas tan de queda - La
esperanza consolida proyección -
Cierto todo: fui quien fui. Sólo creer
en las mañanas; tardes, noches libres
en penumbras. Eras tú mi mademoiselle.

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Porque todo comenzó de la flor que un día deshojó. Porque aunque caigan otra vez, las estrellas: la flor quedará; quedaremos. Porque fue la esperanza, quien fundó la constelación.

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En pos de mi música, la de ensueños. Esa, ¿esa exigua? ¿Vasta en inquietudes, dirás? No lo estimo, no hasta mañana. No hasta que cumplan las vísperas de un futuro; el ayer. Ella, que me resiente, que me hace diferente; tal que me carcomen las miradas, me ilusionan las palabras, y lloró en la agonía; tal que vivo intensamente, me libero de la mente, y llego a lo profundo, vuelvo al antecedente; ya no más este consecuente primitivo; y pierdo la memoria, ya no quiero hablar; y viven las euforias, internas, claro desde ya. Y no veo; sí miro. Y no oigo; sí escucho. Y no siento, ya sentí.

Para ella, mí música;
la música, mi vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me has tocado, me has pintado, me has mirado, me has reconstruido... y no me has dejado jamás indiferente, ni a mí ni a ella. Ella no es tu reflejo, es ella, tal y como la amas.
Tu amor atraviesa su piel y siente por fin en su apogeo y cenit de ti con espléndida energía del Sol.
Así, así, sólo así con mirada irradiante de poesía-energía-positiva. Te ve atravesando incluso si acaso dimensiones de su sueño o subconsciente, por tu fe en ti.
Y tus latidos retumban al son de su corazón, y sigue tu ritmo al compás, siempre, dentro de ti, y dentro de ella.
Vuestra potencia, e intensidad se crearán constelaciones de continua esperanza y de éstas, otras.

Qué tontería decirte que no la abandones nunca, pues forma parte de tu mirada, de tus dedos, de tus manos y de todo aquello que tocas con tu magia.