Tácito compromiso.

28 marzo 2007

Continúo.
No dudo.

Sólo
por el placer:
tradición
repetida,
incógnita en la mirada,
apagada,
solitaria de las risas
que reposan a lo largo
de la vida.

Sólo por estar allí
cada vez que deseo.
Por plasmar
sólo ideas,
sólo vicio.

Seguir.
No vencer.
No ser vencido.
Y al fin
la meta.

Terminar
el deseo.
Ser el pasado,
antaño,
sin amores.
No mirar abajo.
Arriba
nunca está de más.

Hay tiempo.
Hay vida.
Ver
lo necesario,
lo indispensable,
lo único,
a ser.

Terminarlo,
con ensueños cumplidos.
Sino de qué más sirve
vivir y vivir
sin sentido,
sin un abismo
que retenga la inmensidad,
la única verdad,
sólo nuestra voluntad.